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Noche de Ronda

Mundo curioso

Ineptitud

El descubrimiento de la longevidad de los pinos de Great Basin que crecían
en California, hizo que grupos conservacionistas de Nevada se fijasen en los
que crecían en su estado. Una organización encabezada por Darwin Lambert
empezó a estudiarlos y bautizó a los ejemplares más destacados con nombres
como Buda, Prometeo, Sócrates..., sin embargo, este grupo carecía de fondos,
por lo que pronto estas investigaciones fueron abandonadas y los
Intermountain Bristlecones, como son conocidos en EEUU, cayeron en el
olvido.

Sin embargo, en 1964, un joven becario llamado Donald R. Currey que
realizaba una tesis sobre los glaciares de la zona se enteró de la
existencia de estos fósiles vivientes y se dispuso a estudiarlos, con lo que
entró por méritos propios en la lista de los mayores ineptos de la botánica.

Donald R. Currey se dispuso a tomar muestras de estos árboles y se fijó en
uno que estaba situado en el Pico Wheeler al que Lambert había llamado
Prometeo o WPM-114. Para conocer su edad, al estudiante no se le ocurrió
otra cosa que talarlo. Pidió permiso al Servicio Forestal que
inexplicablemente fue concedido.

Currey taló a Prometeo y determinó que tenía 4.950 años, es decir, había
matado el árbol más viejo del mundo. Prometeo, que había nacido antes de que
se construyesen las grandes pirámides egipcias, había sucumbido al hacha del
becario Donald. R. Currey.

(Recibido por correo electrónico)

Objetos transneptunianos

Con ese exótico nombre se conoce a los cuerpos del Sistema Solar cuya órbita está más allá que la del Planeta Neptuno, que tras las últimas modificaciones en la definición de planeta de la UAI es el último del Sistema (lamento destripar de esta manera la intriga de la serie de "el número de los planetas", pero quería poner esta imagen).

 

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De entre estos objetos destacan unos cuantos planetas menores, según la definición de la UAI, alguno con sus propias lunas. Se trata de planetas menores y no de auténticos planetas no por su tamaño, ya que el de alguno es más que respetable, si no porque no han conseguido "limpiar" gravitacionalmente su órbita de otros objetos, dominándola, y la comparten con ellos.

Presento esta bella colección de imágenes artísticas a escala, elaboradas a partir de los datos existentes, de los mayores objetos transneptunianos. Como véis uno de ellos es muy conocido: el antiguo planeta Plutón, pero según se observa, ni siquiera es ya el mayor de estos objetos; eso sí, tiene la mayor de las lunas, Caronte (algunos consideran que ni siquiera es una luna, si no que ambos cuerpos Plutón-Caronte forman un sistema planetario doble), y el mayor número de ellas, tres. El resto de los cuerpos son francamente desconocidos para el gran público. Dos de ellos han sido descubiertos hace tan poco que ni siquiera tienen aún un nombre propio definitivo, y figuran con su códigoalfanumérico de descubrimiento.

Impresionante el Universo, ¿no?

R.N.

El número de los planetas (II)

Había que hacer algo, y varios astrónomos, capitaneados por Herschel opinaban que la respuesta era cambiar las reglas del juego para devolver la cordura al Sistema Solar: puesto que con la definición tradicional de planeta, cuerpo celeste que gira en órbita alrededor del Sol, la cosa se estaba desfasando había que ponérselo más difícil a los cuerpos celestes para ser considerados planetas: además de girar alrededor del Sol debían tener un tamaño suficiente como para formar un disco a la vista del telescopio, en vez de un simple punto como las estrellas. Los cuerpos celestes en revolución alrededor del Sol, pero sin ese tamaño serían considerados simples "asteroides" (similares a estrellas) y expulsados de la lista de planetas.

En 1828, a la muerte de Herschel, se estaba aún muy lejos de alcanzar un consenso, y la mayoría de los libros de texto contaban los asteroides descubiertos entre los planetas; máxime cuando la cosa parecía haberse detenido en Vesta. No es tampoco que la comunidad astronómica internacional no respetara a Sir William... simplemente era que en eso no le hacía ni caso, pero para compensar decidieron bautizar con su nombre al planeta hoy conocido como Urano, de manera que los escolares de los años 30 y 40 del siglo XIX recitaban esta curiosa lista de once planetas del Sistema Solar: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Vesta, Juno, Ceres, Palas, Júpiter, Saturno y Herschel.

Tras ese breve periodo de calma, los acontecimientos se precipitaron de nuevo: a finales de 1845, Hencke cazó el que para él era el planeta número doce del sistema solar, cronológicamente hablando, o el sexto por posición (entre Vesta y Juno): Astrea.

Y unos pocos meses después, el 23 de septiembre de 1846, Johann Gottfried Galle, a partir de cálculos de Newton, Adams y Le Verrier, descubrió el planeta Neptuno, distinto a los otros descubrimientos precedentes puesto que su órbita era más externa que la del planeta Herschel, en vez de situarse entre las de Marte y Júpiter. Dejó la lista ese año así: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Vesta, Astrea, Juno, Ceres, Palas, Júpiter, Saturno, Herschel y Neptuno. (El nombre de Herschel para el penúltimo planeta estaba muy en entredicho fuera de Gran Bretaña, porque rompía la tradición de asignar nombres mitológicos a los planetas y, qué narices, Herschel era inglés). Total planetas: trece, que dicen que es mal número si no crece, pero vaya si creció...

R.N.

La tumba de Harry Potter

Tal día como mañana de hace 67 años, Harry Potter murió en la ciudad cisjordana de Hebrón, durante una batalla de la Segunda Guerra Mundial. Harry Potter era un cabo inglés de sólo 19 años, y su tumba se encuentra hoy en día en Ramlé, cerca de Tel -Aviv (Israel).

 

 

Desde que fue descubierta, quién sabe como, recibe miles de visitas y se ha convertido prácticamente en un lugar turístico Israelí. Habría que preguntarle a J. K. Rowling cómo se le ocurrió ese nombre.

El número de los planetas (I)

A día de hoy el "saber oficial" establece que el Sistema Solar está formado por nueve planetas que giran alrededor del Sol. La mayoría de las personas saben eso, y me atrevo a asegurar que un altísimo porcentaje podría enumerarlos: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.

La primera sorpresa surge cuando se explica que esto no siempre ha sido así. Tradicionalmente desde la antigüedad el mecanismo celeste estaba formado por cinco planetas que (además del Sol, la Luna y las estrellas, claro) giraban alrededor de la Tierra: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno (el sistema ptolemaico).

A principios del siglo XVI, Nicolás Copérnico dio su famoso giro, publicado en De revolutionibus orbium cælestium en 1543, mediante el que estableció que el centro del sistema era el Sol y no la Tierra... giro cuya primera consecuencia fue que la lista de planetas creció en uno: el nuestro. Desde ese momento, se podía hablar, por tanto, de seis planetas en el Sistema Solar: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno.

La familia creció en 1781, cuando William Herschel descubrió un nuevo planeta, que nombró Georgium Sidus en honor de su rey, Jorge III (el de las locuras del rey Jorge), y que nosotros conocemos como Urano. Alcanzamos ya la cifra de siete planetas.

El descubrimiento de Urano tuvo además la consecuencia de confirmar casi con total exactitud la ley de Titius-Bode, una relación matemática meramente empírica entre los tamaños de las órbitas de los planetas, que los ponía en cierta sucesión geométrica. Sin embargo, según esa relación, faltaba un planeta entre Marte y Júpiter, planeta que los astrónomos de entonces se dedicaron a buscar con ahínco hasta que, en 1801, Piazzi lo descubrió exactamente en el punto del firmamento que la ley de Titius-Bode predecía, aunque él no lo estaba buscando. Llamó Ceres a este planeta, y el saber astronómico oficial se quedó tan satisfecho al enumerar ocho planetas en el Sistema Solar, que cumplían con precisión la ley de Titius-Bode: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Ceres, Júpiter, Saturno y Georgium Sidus.

Su felicidad no duraría demasiado: al año siguiente (1802), H. Olbers descubrió un nuevo cuerpo celeste, al que llamó Palas. Desordenaba completamente la Ley de Titius-Bode, y asombrosamente compartía casi la misma órbita que Ceres; pero sin otra solución que adoptar, no quedaba otra que admitirlo al selecto club de los planetas, formado entonces por nueve, como en la actualidad, pero con una lista un poco sorprendente: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Ceres, Palas, Júpiter, Saturno y Georgium Sidus. La cosa no quedó ahí: en 1804, Harding añadió Juno a la lista (diez), y poco después, en 1807, Olbers se desquitó agregando a Vesta (once).

Aquello empezaba a dar vértigo: cuatro miembros añadidos en seis años a un club selecto e inmutable durante los cientos de años anteriores, y que, además, compartían órbitas similares y violentaban las reglas de cortesía matemática planetaria... que contrariedad.

R.N.

Las Cuevas de las Brujas

Las cuevas de las brujas, constituyen un impresionante complejo cárstico superficial, situado a menos de medio Km. de distancia del casco de Zugarramurdi, en dirección Oeste: en el viejo camino Zugarramurdi-Sara, que lo atraviesa parcialmente.

La cavidad principal de estas cuevas ha sido producida por una corriente de agua, aún caudalosa, el "Infernuco Erreka" que la atraviesa conformándola como amplio túnel cuyo eje se orienta de NE a SW en una longitud de 120 m. (en su extremo oriental), a los 10 a 12 en su "salida" o boca occidental. Su altura posee una media de 10 a 12 m.; dos galerías más altas y aproximadamente con la misma orientación de la galena principal y desembocando en ella, se desarrollan en este complejo cárstico.

En cuanto al depósito arqueológico, podemos decir que en 1935 José Miguel de Bariandarán practicó una prospección, hallando algunos testimonios de cerámica prehistórica y láminas de pedernal de facies que el atribuyó a un Magdaleniense genérico.

Pero como su nombre indica, estas cuevas son tan conocidas por la fama que les han dado sus BRUJAS.

 

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La historia de estas brujas data del año 1610 en el que una ola de pánico brujeril, de las que periódicamente dominaban el País Vasco, se extendió sobre la zona del extremo Noroeste de Navarra, lindante con el Labourd. Así el inquisidor Don Juan del Valle Alvarado, del Tribunal de Logroño, fue comisionado para realizar una inspección en esta zona. Pasó varios meses en Zugarramurdi y recogió muchas denuncias, según las cuales quedaban inculpadas hasta cerca de 300 personas por delito de brujería, dejando a parte a los niños. De estas personas fueron presas y llevadas a Logroño, hasta 40 de las que parecieron más culpables.

A estas personas, la Inquisición las acusaba de tener al diablo por Dios, y de celebrar misas negras con él, también se les acusaba de metamorfosis, de provocar tempestades en el mar (Zugarramurdi queda en línea recta a una distancia no muy grande del Cantábrico, y las brujas solían provocar tempestades para perder los navios que entraban o salían de San Juan de Luz), se les acusaba de maleficios contra campos, animales y también contra personas y por último, y entre otras cosas, fueron acusadas de vampirismo y necrofagia.

Con todo esto nos encontramos con que el 7 y 8 de Noviembre de 1610, las brujas y los brujos recibieron su sentencia: 18 fueron absueltos; 12 fueron quemados en la hoguera (5 de ellos en efigie ya que habían muerto antes en la cárcel) y al resto les habrían impuesto penas tales como pérdida de bienes, cárcel perpetua, prisión limitada, etc.

Personajes importantes del akelarre de Zugarramurdi fueron Graciana de Barrenechea y su esposo Miguel de Goiburu, reina y rey respectivamente; Joanes de Echalar que era el verdugo ejecutor de las penas que dictaba el diablo; María Chipia, famosa maestra en el arte de la brujería; Joanes de Goiburu era el txistulari y Juan de Sansin, tocaba el tambor.

Todo esto no es más de lo que nos dicen los documentos de la época; pero en Zugarramurdi hoy solo nos queda el escenario de los akelarres (la "Catedral del diablo" que sería llamada más tarde) y las leyendas que nos cuentan las peripecias que mantenían los Zuamurdiarras con sus brujas. Leyendas como aquella que nos cuenta cómo las brujas raptaron a una chica; el escarmiento que recibió una bruja por "meterse donde no debía" o aquella otra leyenda sobre dos hermanas perdidas en el monte; también esta la leyenda del bautizo de la hija de unos brujos, o la de aquel que se atrevió a salir de casa antes de que sonara la argiezkila, o la que nos cuenta lo que le pasó ai chico que tenía una novia bruja...

Estas leyendas nos cuentan también los métodos que se empleaban para espantar a las brujas: poner en la puerta de la casa una cruz hecha con dos ramitas de fresno y un ramo de laurel bendecido al lado, y así ninguna bruja podría entrar; o bien si la bruja había conseguido entrar en la casa, echar un puñado de sal al fuego bajo y con el crepitar, la bruja se espantaba; si a pesar de todo alguien se encontraba cara a cara con una bruja bastaba con santiguarse y decir "Jesús" o bien trazar con los dos índices una cruz y decir "Púyes" y la bruja desaparecía en el acto. Otra norma a tener en cuenta era no salir de casa entre el ángelus del oscurecer y la argiezkila del amanecer. Entre las leyendas también se nos cuenta cómo los habitantes de Zugarramurdi, en un intento de hacer desaparecer a las brujas, fueron en procesión un 15 de Agosto a las cuevas y allá el cura esparció un robo bendecido de mostaza para que las brujas desaparecieran y no volvieran en tantos años como granos de mostaza había en aquel robo (y por lo menos desde hace bastante no hemos visto ninguna suelta por aquí).

Y esta es a grandes rasgos la historia que tienen estas cuevas y este pueblo, historia que ha conseguido que Zugarramurdi sea conocido en todas partes como "Zugarramurdi, el pueblo de las brujas".

 

Transcripción del folleto que se reparte a la entrada de las cuevas.

El castillo de Vozmediano

Ayer falté a esta cita porque estuve practicando una estúpida afición que tengo: subir una montaña para luego volverla a bajar. El turno fue del Moncayo, cumbre principal del Sistema Ibérico, y techo de las provincias de Soria y Zaragoza. Ascensión de escasísima dificultad, en particular subiendo desde el lado zaragozano como hice ayer, desde el Santuario de la Virgen del Moncayo, por el que son son tan solo 700 m de desnivel por una senda muy bien marcada; pero que merece la pena probar por la belleza de la montaña en si (una cumbre curiosamente aislada) como por lo agreste del resto de la comarca, fronteriza entre Aragón y Castilla, y plena de naturaleza, historia y magia. El Parque Natural del Moncayo y sus extensos bosques de hayas, escenario probable de La corza blanca y El gnomo, Leyendas de Bécquer, Trasmoz, la villa de las brujas o Vozmediano, con su espléndido castillo.

Vozmediano es una localidad de la comarca del Campo de Gómara marcada por las guerras y disputas entre los reinos de Castilla y Aragón, como corresponde a una villa fronteriza. Varias veces pasó de uno a otro, incluso como parte de operaciones mercantiles. La frontera sólo descansó tranquila en 1453, cuando por el tratado de 7 de diciembre en Valladolid, se suspendían las hostilidades entre Castilla y Aragón y se autorizaba el libre comercio. Todas las villas en litigio Villarroya, Berdejo, Bordalba, Tornos, Montuenga, Villel, Vozmediano, Peña Alcázar, Briones, Atienza y Jubera se devolvían mutuamente (Menéndez Pidal, Historia de España Vol. 15 pg.196)

No es éste sin embargo el origen de su castillo, que podría tener antecedentes romanos (recinto interior) y árabes (torre del homenaje y recinto exterior), si bien no parece que interviniera en la reconquista de la frontera del Duero y no es hasta el siglo XII en que se tiene las primeras noticias documentadas. La mayor parte de la construcción actual data de los siglos XIII-XIV.

Está situado sobre la roca viva de una peña que domina la población y bajo la que nace el segundo brazo del río Queiles (El nombrado manadero de Vozmediano).



Cuenta con dos recintos:
- En el recinto interior, que es de forma rectangular, destacan la gigantesca torre del Homenaje que se levanta en una de sus esquinas, y otra torre en la esquina opuesta. En el interior de la torre del Homenaje aún pueden verse los arcos cruzados que sustentaban los pisos interiores de la torre.
- El recinto exterior posee varias torres cuadradas y alguna torre redonda artillera construida posteriormente. Sus muros son de considerable altura, y en ellos pueden distinguirse los sucesivos recrecidos a que fueron sometidos por las diferencias de color de las piedras utilizadas, e incluso pueden verse incrustado en ellos las almenas originales sin desmochar existentes antes de realizar alguna ampliación.

El acceso al castillo se realiza por un paso acodado en una torre de una de las esquinas de su recinto exterior. De la torre del homenaje, fácilmente accesible, llama poderosamente la atención los arcos cruzados de su interior, a varias alturas, esqueletos de lo que fueran los distintos pisos interiores.

Actualmente el castillo hace las funciones de cementerio para la población.



Curioso país este nuestro; en el último pueblo (57 habitantes censados) de la comarca más remota, fuera de toda ruta turística, y desconocida para el mundo, existe una construcción defensiva de estratigrafía probable desde época romana, cuando éste es uno de los hechos de los que más orgullosos se muestran los guías cuando te enseñan la Torre de Londres, probablemente uno de los monumentos más visitados de Europa.

El extraño caso de 'piano man'

MADRID.- Desde hace más de un mes un hombre de unos 30 años de edad se encuentra en un hospital inglés y parece haber perdido la memoria. No habla y no se sabe quién es, sólo se sabe que toca muy bien el piano y que probablemente es músico. El personal de la clínica lo llama ’piano man’.


 

'Piano man’ en el hospital.
(Foto: AP)


El joven fue encontrado por la policía en estado de confusión y con la ropa totalmente mojada en a isla Sheppey el pasado mes de abril. El periódico inglés ’The Guardian’ ha decidido publicar su historia y su foto esperando que alguien le reconozca.

Cuando fue hallado caminaba por la orilla del mar y llevaba una chaqueta negra, un pantalón elegante y una corbata. Los policías intentaron averiguar su identidad y si era alguien caído en el mar y llegado allí nadando, pero el hombre no llevaba documentación y no contestaba a las preguntas de los agentes.

Asustado y confuso, fue llevado al Medway Maritime Hospital, donde los médicos lo encontraron en buen estado físico, pero no mental. Cuando ha llegado al hospital de la ciudad, no reaccionaba a ningún estímulo.

Después de unos días desde su rescate, un médico decidió darle un papel y un lápiz para analizar su reacción y el joven ha dibujado un piano de cola. El doctor lo ha acompañado al piano de la capilla y él ha empezado a tocar el instrumento.


 

El dibujo del piano de cola.
(Foto: The Guardian)


Al cabo de unos días fue trasladado al hospital de Dartford, donde tiene la posibilidad de tocar cuando quiere. "Toca divinamente y todo el mundo disfruta de su música. Pero no sabemos nada sobre él, dado que continua sin hablar", ha declarado el director del departamento psiquiátrico del hospital. Los médicos han reconocido que cuando ’piano man’ empieza a tocar parece que los síntomas de su enfermedad desaparezcan.

Los empleados del centro sanitario cuentan que se sienta delante del piano y toca durante horas sin descanso. A menudo interpreta ’El lago de los cines’ de Tchaikovsky u otras melodías desconocidas que probablemente ha compuesto él, que recuerdan la obra del compositor italiano Ludovico Einauidi.

Los médicos destacan que la música puede jugar un papel muy importante en la recuperación del joven. De hecho, muchos terapeutas la utilizan para ayudar los pacientes que sufren de amnesia a afrontar el acontecimiento traumático que les condujo a la pérdida de memoria.

"Muestra signos de estrés y es probable que haya sufrido un fuerte trauma. Está muy asustado, sólo delante del piano vuelve a vivir", ha explicado el asistente social que sigue al joven. Los servicios sanitarios y sociales ingleses esperan que la publicación de su historia pueda servir para que alguien le reconozca y se resuelva el misterio del ’hombre piano’.

[ELMUNDO.ES, martes, 17 de mayo de 2005]

Comentarios de R.N.
Sorprendente. Desde luego, si no es un montaje, cosa que no es descartable, la historia supera cualquier guión cinematográfico. Ada McGrath en versión masculina, o David Helfgott más silencioso.

Las once óstracas de Masada

La Arqueología no es en realidad muy apasionante de manera cotidiana. Generalmente no se descubren más que unos cuantos huesos, trozos de cerámica rota y otros pobres vestigios que a duras penas sirven para dar referencia de las formas de vida en los tiempos pasados de la gente vulgar. Son pocas las ocasiones en que se hayan referencias directas a personajes célebres o a hechos de los que salen en los libros de Historia. Casi nunca la Arqueología es capaz de confirmar directamente la Historia de reyes, héroes y guerreros que conocemos a través de los antiguos escritos y mitos.

Pero alguna excepción hay.

De acuerdo con Flavio Josefo, historiador judío que obtuvo la ciudadanía romana, Herodes el Grande construyó la fortaleza de Masada entre los años 37 y 31 aC. Herodes, de origen idumeo, fue nombrado rey de Judea por sus sojuzgadores romanos y odiado por sus súbditos judíos. Herodes, el gran constructor "equipó esta fortaleza como un refugio para sí mismo". Incluía una muralla de casamatas alrededor de la meseta, almacenes, grandes cisternas que se llenaban ingeniosamente con agua de lluvia, cuarteles, palacios y una armería.

Unos 75 años después de la muerte de Herodes, al comienzo de la Rebelión Judía contra los romanos en el año 66 dC, un grupo de judíos rebeldes dominó a la guarnición romana de Masada. Después de la caída de Jerusalem y la destrucción del Templo (70 dC) se unieron a ellos celotes y sus familias que habían huido de Jerusalem. Con Masada como base, hostigaron a los romanos durante dos años. Entonces, en el año 73 dC, el gobernador romano Flavio Silva marchó contra Masada con la Décima Legión, unidades auxiliares y miles de prisioneros de guerra judíos. Los romanos establecieron campamentos en la base de Masada, impusieron un asedio a la fortaleza y construyeron un muro de circunvalación. Luego construyeron una rampa de miles de toneladas de piedras y tierra en el acceso occidental de la fortaleza, y en la primavera del año 74 dC hicieron subir un ariete por la rampa y batieron las murallas de la fortaleza.

Flavio Josefo relata dramáticamente la historia que le contaron dos mujeres sobrevivientes. Los defensores (casi mil hombres, mujeres y niños, dirigidos por Eleazar ben Yair), decidieron incendiar la fortaleza y morir por sus propias manos, en vez de ser capturados con vida.

Dispusieron que los hombres casados asesinaran a sus mujeres y a sus hijos. Después de ello, los combatientes rifaron el nombre de diez de ellos, que mataron a los demás. Incendiaron la fortaleza, sus palacios y sus casas, todo excepto los almacenes repletos de comida (para demostrar a los romanos que no había sido el hambre y la desesperación lo que les forzó a la muerte). Mediante un nuevo sorteo, eligieron un último celote, que culminó la orgía de muerte con sus compañeros y luego se suicidó.

Y halláronse (los romanos) con una multitud muerta, pero no pudieron regocijarse en este hecho, a pesar de que los sin vida eran sus enemigos. No pudieron menos que admirarse ante el coraje de su resolución y la firmeza de su desdén por la muerte.

La heroica historia de Masada y su dramático fin atrajo a muchos exploradores al desierto de Judea intentando localizar restos de la fortaleza. El sitio fue identificado en 1842, pero las excavaciones intensivas tuvieron lugar recién en 1963-65, con la ayuda de cientos de entusiastas voluntarios de Israel y de muchos países extranjeros, ansiosos de participar en esta excitante aventura arqueológica. Para ellos y para los israelíes, Masada simboliza la determinación del pueblo judío de ser libre en su propia tierra.

Las excavaciones fueron dirigidas por Y. Yadín en nombre de la Universidad Hebrea de Jerusalem, la Sociedad de Exploración de Israel y el Departamento de Antigüedades y Museos de Israel (hoy, la Autoridad de Antigüedades de Israel).

En todas partes se descubrieron evidencias de una gran conflagración.

Pero el hallazgo más escalofriante y conmovedor se produjo en el área frente al palacio septentrional, donde se descubrieron once pequeñas ostraca (pequeños trozos rotos de cerámica), cada una de las cuales llevaba un solo nombre. Inmediatamente se nos representa aquella dramática escena final relatada por Josefo: diez hombres próximos a su muerte, y deseosos de alcanzarla mediante aquel macabro sorteo, tanto por su fe y convencimiento, como por dejar atrás el horror y la orgía de sangre y destrucción que acababan de provocar, incluso entre sus seres queridos.

Pero... ¿Once ostraca? ¿Cómo? ¿No eran diez según Josefo los últimos celotes?... Una dice "ben Yair" y podría ser la abreviatura de Eleazar ben Yair, el comandante de la fortaleza. No es difícil imaginar que el comandante decidiera acompañar a sus hombres en aquel último trance, tanto por solidaridad como para evitar que flaquearan en su determinación.


La ostraca de Eleazar ben Yair.

Han pasado dos mil años desde la caída de Masada. El clima de la región y su lejanía ayudaron a conservar sus vestigios en extraordinaria medida. Hoy en día, un moderno teleférico lleva a los múltiples visitantes a la cima del peñón con su impresionante vista sobre el Mar Muerto, donde resistió contra Roma el último bastión judío.

Rondador Nocturno
[Publicado anteriormente en foro.electroduendes.net, el 22 de noviembre de 2004]