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Noche de Ronda

En la consulta

- Tiene usted que dejar el tabaco, el alcohol, el café, el sexo, el cine y las alcaparras.
- ¿Y así viviré más, doctor?
- No, pero lo que viva se le va a hacer largo de cojones.

La vivienda y el 'tocomocho'



EL SECTOR INMOBILIARIO
La vivienda y el "tocomocho"
IGNACIO PARICIO

El autor reflexiona sobre la polémica de los ’minipisos’ y dice que pueden ser una solución asistencial, pero no resuelven el problema de la vivienda familiar.

El ministerio ha abierto un importantísimo debate sobre las iniciativas que podrían contribuir a la construcción de la vivienda adecuada a nuestros tiempos. Pero las aportaciones a ese debate han evidenciado un gran desconocimiento de las particularidades del sector.
Casi todos los aspectos problemáticos de la vivienda surgen del carácter opaco y distorsionado de su mercado. El precio se forma hoy de la manera más perversa que podamos imaginar: la escasez del producto y la urgencia de la demanda hacen que los aspirantes a propietarios no duden en dedicar todos los recursos económicos de que pueden disponer a conseguir un alojamiento. Esa voluntad esperfectamente medida por los promotores y propietarios de suelo que inmediatamente calculan el precio de la vivienda en función de la capacidad de endeudamiento. Para aumentar sus expectativas suponen que se trata de una pareja con dos sueldos que, si ganan 2.500 euros al mes entre los dos, estarán dispuestos a dedicar a la adquisición de una vivienda más de 1.200 euros. Desde el momento en que bancos y cajas ponen a su disposición hipotecas a 30 años con intereses del orden del 3%, la capitalización de esa capacidad de endeudamiento lleva a cifras superiores a los 250.000 euros. A partir de aquí se establece el precio de la vivienda.
Las consecuencias de este planteamiento son:
- Ningún ahorro en los otros componentes del precio: los costes de construcción; las ventajas fiscales, etcétera, no tendrán ninguna incidenciaen el precio de venta, pues serán inmediatamente absorbidos por los propietarios de suelo que fijarán sus precios de venta sumando esos ahorros a sus beneficios expectantes para llegar a la misma cifra final.
- Por la misma razón una vivienda de menor tamaño no asegura un precio menor. Los promotores para incrementar, o sostener, sus beneficios van reduciendo el tamaño de la vivienda para "meter" más viviendas en una promoción. Así nos vamos acostumbrando a viviendas cada vez más pequeñas sin que esa carrera pueda tener más límite que el que señale la normativa.
[...]
El País, martes 17 de mayo de 2005.

Comentarios de R.N.:
El autor explica con brillantez (es decir, de forma que le pueda entender alguien del mínimo nivel intelectual de un ministro) el mecanismo por el que se forma actualmente el precio de la vivienda en España. Da igual que el constructor de los edificios se apriete el cinturón y coloque los ladrillos un poco más baratos, da igual que el Estado subvencione la compra de vivienda en el Impuesto de la Renta, da igual que los Ayuntamientos vendan el suelo público barato o incluso gratis... siempre habrá algún intermediario que se embolsará esa renta disponible, esa capacidad de endeudamiento. Y si por arte de magia no apareciera ese intermediario, el mismo propietario final se la embolsaría, porque estoy por conocer al imbécil que venda algo a 10, aunque gane dinero, cuando el de al lado vende a 40.
En lo único que falla el autor, en mi humilde modo de ver el problema, es a la hora de identificar el motor que induce a los españoles de a pie para invertir toda su capacidad de endeudamiento (que viene a querer decir el total de los ingresos de su vida laboral, una vez deducidas las necesidades vitales) en la compra de una vivienda. En determinados casos puede ser el móvil esa acuciante necesidad, pero en la mayoría de ellos es más bien el deseo de convertirse en terratenientes en miniatura, en pequeños especuladores que saquen el mayor partido posible de esa capacidad de endeudamiento. El más idiota se ha echado la cuenta esa de "si el banco me pide el 3% y la vivienda sube el 18% anual, aún le gano un 15%..." Así que compramos al límite de nuestra capacidad, porque consideramos que es la mejor inversión a la que podemos dedicar esa renta "sobrante".
Ese es precisamente el drama de esta historia, que a ninguno de la inmensa mayoría de españoles que poseemos una vivienda nos interesa que su precio baje, la hayamos acabado de pagar o no, así que mal asunto... no es que no se pueda arreglar, es que no conviene. Los que lo padecen son esa inmensa minoría que realmente la necesita.

Noche de ronda en Noche de Ronda

Valga la redundancia...


Rembrandt van Rhijn (1606-1669)
La Compañía de Frans Banning Cocq y Willem van Ruytenburch, conocido como "Noche de ronda" (1642)
Óleo sobre lienzo de 363x437 cm
Amsterdam, Rijksmuseum

No podía faltar en este sitio la obra homónima, una de las más conocidas del pintor barroco holandés.

Frustarado. Memorias de un paraguas transilvano.

Quizá tengan poco que ver estas dos bitácoras, por tono, carácter y temática. O quizá mucho, porque nacieron casi a la vez, y la paragüera y el rondador de vez en cuando se tratan. Queda ahí este enlace a partir de ahora, puesto que si las dos bitácoras no son hermanas, al menos habrá que considerarlas primas lejanas.

Las once óstracas de Masada

La Arqueología no es en realidad muy apasionante de manera cotidiana. Generalmente no se descubren más que unos cuantos huesos, trozos de cerámica rota y otros pobres vestigios que a duras penas sirven para dar referencia de las formas de vida en los tiempos pasados de la gente vulgar. Son pocas las ocasiones en que se hayan referencias directas a personajes célebres o a hechos de los que salen en los libros de Historia. Casi nunca la Arqueología es capaz de confirmar directamente la Historia de reyes, héroes y guerreros que conocemos a través de los antiguos escritos y mitos.

Pero alguna excepción hay.

De acuerdo con Flavio Josefo, historiador judío que obtuvo la ciudadanía romana, Herodes el Grande construyó la fortaleza de Masada entre los años 37 y 31 aC. Herodes, de origen idumeo, fue nombrado rey de Judea por sus sojuzgadores romanos y odiado por sus súbditos judíos. Herodes, el gran constructor "equipó esta fortaleza como un refugio para sí mismo". Incluía una muralla de casamatas alrededor de la meseta, almacenes, grandes cisternas que se llenaban ingeniosamente con agua de lluvia, cuarteles, palacios y una armería.

Unos 75 años después de la muerte de Herodes, al comienzo de la Rebelión Judía contra los romanos en el año 66 dC, un grupo de judíos rebeldes dominó a la guarnición romana de Masada. Después de la caída de Jerusalem y la destrucción del Templo (70 dC) se unieron a ellos celotes y sus familias que habían huido de Jerusalem. Con Masada como base, hostigaron a los romanos durante dos años. Entonces, en el año 73 dC, el gobernador romano Flavio Silva marchó contra Masada con la Décima Legión, unidades auxiliares y miles de prisioneros de guerra judíos. Los romanos establecieron campamentos en la base de Masada, impusieron un asedio a la fortaleza y construyeron un muro de circunvalación. Luego construyeron una rampa de miles de toneladas de piedras y tierra en el acceso occidental de la fortaleza, y en la primavera del año 74 dC hicieron subir un ariete por la rampa y batieron las murallas de la fortaleza.

Flavio Josefo relata dramáticamente la historia que le contaron dos mujeres sobrevivientes. Los defensores (casi mil hombres, mujeres y niños, dirigidos por Eleazar ben Yair), decidieron incendiar la fortaleza y morir por sus propias manos, en vez de ser capturados con vida.

Dispusieron que los hombres casados asesinaran a sus mujeres y a sus hijos. Después de ello, los combatientes rifaron el nombre de diez de ellos, que mataron a los demás. Incendiaron la fortaleza, sus palacios y sus casas, todo excepto los almacenes repletos de comida (para demostrar a los romanos que no había sido el hambre y la desesperación lo que les forzó a la muerte). Mediante un nuevo sorteo, eligieron un último celote, que culminó la orgía de muerte con sus compañeros y luego se suicidó.

Y halláronse (los romanos) con una multitud muerta, pero no pudieron regocijarse en este hecho, a pesar de que los sin vida eran sus enemigos. No pudieron menos que admirarse ante el coraje de su resolución y la firmeza de su desdén por la muerte.

La heroica historia de Masada y su dramático fin atrajo a muchos exploradores al desierto de Judea intentando localizar restos de la fortaleza. El sitio fue identificado en 1842, pero las excavaciones intensivas tuvieron lugar recién en 1963-65, con la ayuda de cientos de entusiastas voluntarios de Israel y de muchos países extranjeros, ansiosos de participar en esta excitante aventura arqueológica. Para ellos y para los israelíes, Masada simboliza la determinación del pueblo judío de ser libre en su propia tierra.

Las excavaciones fueron dirigidas por Y. Yadín en nombre de la Universidad Hebrea de Jerusalem, la Sociedad de Exploración de Israel y el Departamento de Antigüedades y Museos de Israel (hoy, la Autoridad de Antigüedades de Israel).

En todas partes se descubrieron evidencias de una gran conflagración.

Pero el hallazgo más escalofriante y conmovedor se produjo en el área frente al palacio septentrional, donde se descubrieron once pequeñas ostraca (pequeños trozos rotos de cerámica), cada una de las cuales llevaba un solo nombre. Inmediatamente se nos representa aquella dramática escena final relatada por Josefo: diez hombres próximos a su muerte, y deseosos de alcanzarla mediante aquel macabro sorteo, tanto por su fe y convencimiento, como por dejar atrás el horror y la orgía de sangre y destrucción que acababan de provocar, incluso entre sus seres queridos.

Pero... ¿Once ostraca? ¿Cómo? ¿No eran diez según Josefo los últimos celotes?... Una dice "ben Yair" y podría ser la abreviatura de Eleazar ben Yair, el comandante de la fortaleza. No es difícil imaginar que el comandante decidiera acompañar a sus hombres en aquel último trance, tanto por solidaridad como para evitar que flaquearan en su determinación.


La ostraca de Eleazar ben Yair.

Han pasado dos mil años desde la caída de Masada. El clima de la región y su lejanía ayudaron a conservar sus vestigios en extraordinaria medida. Hoy en día, un moderno teleférico lleva a los múltiples visitantes a la cima del peñón con su impresionante vista sobre el Mar Muerto, donde resistió contra Roma el último bastión judío.

Rondador Nocturno
[Publicado anteriormente en foro.electroduendes.net, el 22 de noviembre de 2004]

Gazapo de película

Uno quizá un poco pedante, pero del que me siento especialmente orgulloso, porque creo que es el primer fallo de documentación del que me he dado cuenta yo mismo...

Al principio de La edad de la inocencia, se señala que la acción transcurre en 1870. Cuando Newland Archer está entrando al baile anual de los Beaufort, la narradora va describiendo los distintos salones de la casa, y hace reseña particular de un cuadro, "Le retour du printemps" (El regreso de la primavera), de Adolphe Bouguereau (1825-1905), por lo escandaloso de su temática, y llegan a apreciarse en la imagen los angelotes de su parte superior. El cuadro es este (una maravilla, por cierto):



...y, sin embargo, el señor Bouguereau no pintó esa obra maestra hasta 1886, como puede comprobarse, incluso, en la firma de la obra:



¿Se les pasaría por alto, o fue una licencia tomada pensando que jamás habría nadie lo suficientemente aburrido como para comprobar las fechas?

Rondador Nocturno

¿Tienen derechos los animales?

Hace unos meses la Cámara Alta del Parlamento alemán, el Bundesrat, votó a favor de incluir los derechos de los animales en la Constitución, convirtiéndose en el primer país europeo en hacerlo.

Actualmente hay grupos que consideran la caza un asesinato y a los cazadores asesinos. Otros matizan la caza de subsistencia, con la que no habría objeción moral y la deportiva, que carece de toda justificación. La mayor o menor gravedad de la caza se hace depender de la mayor proximidad filogenética de la presa. La peor sería, pues, la caza de humanos. Después vendría la de chimpancés, gorilas, orangutanes, elefantes, delfines, los demás mamíferos, las aves, los reptiles y finalmente los insectos. La mayor o menor gravedad moral está determinada por la mayor o menor semejanza con nosotros mismos. Semejantes consideraciones merecen de estos grupos otras actividades humanas frecuentes, como la experimentación con animales de laboratorio o los festejos tradicionales en los que, como en el caso de las corridas de toros aquí mencionado, se maltrata a ciertos animales.

No negaré la gran inteligencia y sensibilidad de algunas especies animales. Todo el que ha sido dueño de un perro es capaz de entender esto perfectamente. No es, sin embargo, la mayor o menor inteligencia, o la mayor o menor sensibilidad, que pudiera ser comparable con la de otros seres vivos, la determinante de la personalidad.

Por ello, la primera impresión que siento ante la expresión "derechos de los animales" es la de perplejidad. Porque los animales no tienen derechos. Los animales, con todo lo inteligentes y sensibles que puedan llegar a ser, son cosas.

Los derechos son genuinamente humanos. Solo las personas físicas y las personas jurídicas, en cuya base hay personas físicas, pueden ser sujetos de derechos subjetivos. Sin embargo, la Liga Internacional de los Derechos de los animales y las ligas nacionales afiliadas tras la III reunión sobre los Derechos del Animal, llegaron a cometer la necedad de la proclamación, en 1978, de una "Declaración Universal de los Derechos de los animales", aprobada por la UNESCO y posteriormente por la ONU, cuyo artículo primero dice: "Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia". Texto semejante en su literalidad a los que se refieren a genuinos derechos humanos. Lo que me obliga a aproximarme al concepto de derecho, para llegar explicar adecuadamente la expresión "Derecho de los animales", y lo incorrecta y confusa que resulta.

Todos solemos tener una idea de lo que es el derecho, pero cuando se nos hace la pregunta concreta, para que la respondamos: ¿qué es el derecho? Entonces surge el problema, pues es una palabra polisémica, cuyo significado hay que buscarlo en el contexto en que se pronuncia. La primera lección de Teoría del Derecho suele tratar, precisamente, de aprender a diferenciar los distintos significados de derecho, en distintos contextos. Se suelen poner como ejemplo frases que contienen la palabra "Derecho", pero con distinto sentido, como: "no hay derecho a que tu jefe te trate así", "en el derecho español ese caso no está contemplado" o "el derecho a la vivienda es objeto de un congreso internacional". En estas frases la palabra "derecho" unas veces hace referencia a un hecho social, otras a normas jurídicas existentes y otras al valor justicia. Algo dispar, aunque confluyente en la experiencia jurídica, como la sociología jurídica, el ordenamiento jurídico positivo (las leyes existentes) y la filosofía del derecho (la justicia y el deber ser del derecho).

Hay que buscar el significado de "derecho" en la expresión "derecho de los animales", que pretendo enfocar más desde el campo de la filosofía del derecho. Una de las formas clásicas de ver los derechos y deberes, como reglas de juego del cuerpo social, es como un contrato de pertenencia a la sociedad asumido inconscientemente por todos sus miembros; a cambio de la renuncia a parte de sus libertades innatas, trabadas por una serie de obligaciones sociales, las personas obtienen unos derechos, que no son más que la otra cara de la moneda de las obligaciones de las demás personas integrantes del cuerpo social. Mi derecho a la vida no es más que mi visión subjetiva de la obligación de todos los demás de no matarme, y viceversa. Todos los derechos derivan, por tanto, de la capacidad humana de asumir obligaciones sociales. El derecho "más que un objeto de la actividad del hombre, es la actividad humana misma en el seno de las relaciones sociales" (Soriano).

El criterio para que un ser tenga derechos, por tanto, es la moralidad. Tibor Machan, por ejemplo, filósofo y profesor de ética empresarial en la Universidad Chapman en Orange, California, afirma: "Tales derechos se podrían erigir solamente si los animales se convirtieran en agentes morales, pero no lo son". Otro crítico es Roger Scruton, filósofo y autor de Animal Rights and Wrongs. Escribiendo en el Times de Londres el 7 de mayo de 2004, Scruton comentaba la propuesta del gobierno británico de establecer una Ley de Derechos de los animales. Dar derechos a los animales es "una degradación de los seres humanos" defiende Scruton. Si damos derechos a los animales, explica, "los ponemos en el mismo plano moral que a nosotros mismos". Pero esto no tiene sentido para él. Los humanos hacen "elecciones libres basadas en la evaluación consciente de alternativas", observa. "Ejercemos sobre nuestras vidas una soberanía que pedimos a los demás que respeten, y a quienes a su vez debemos respeto. Somos responsables de nuestras acciones, e intentamos resolver los conflictos más por el acuerdo que por la fuerza. En definitiva, somos seres morales. Ésta es la causa por la que el concepto de derecho nos es útil".

Una exposición más detallada sobre el tema se encuentra en Applied Ethics: A Non-consequentialist Approach, del profesor de filosofía de la Universidad de Reading, David S. Oderberg. Que un animal sea un sujeto en el sentido psicológico, percibiendo dolor y placer, no es lo mismo que decir que sea un sujeto en el sentido moral, con derechos y deberes, explica. No hay evidencia, afirma, de que los chimpancés o cualquier otro animal tengan conciencia "en el sentido de ser capaz de pensar sobre sus propios pensamientos, de reflexionar sobre su propio proceso de razonamiento, de hacer juicios sobre sus propios juicios". "Los seres humanos tienen derechos porque los seres humanos saben por qué hacen lo que hacen", afirma Oderberg.

En cuanto a los niños, los seniles o dañados cerebralmente, también tienen derechos debido a su verdadera naturaleza de seres capaces de autorreflexión consciente. Son seres morales en potencia. Los animales deben excluirse de la categoría de portadores de derechos, porque no tienen voluntad libre. No pueden decidir entre lo correcto y lo incorrecto en el sentido de deliberar entre líneas de conducta, y de proponerse hacer algo bueno en vez de malo.

Aunque todo eso no quiere decir que no podamos seguir defendiendo el bienestar de los animales, del modo que se viene haciendo; pero debe ser teniendo claro que cuando hablamos de animales no hablamos de lo mismo que cuando hablamos de personas, y que no pueden tener derechos. Constituye una deontología. Las razones de este comportamiento deseable tienen que ver con pensar que la manera que tenemos de tratar a los animales es un indicador de cómo somos capaces de tratar al hombre. "La compasión por los animales está íntimamente conectada con la bondad de carácter, y se puede afirmar con seguridad que aquel que es cruel con los animales no puede ser un buen hombre." (Schopenhauer). "Es la compasión del hombre hacia los animales lo que le hace un verdadero hombre". (Albert Schweitzer).

Creo, ciñéndome ya al objeto de este hilo, que es loable buscar el fin de los festejos populares que implican el sufrimiento de animales, porque esto indicaría que hemos llegado a ser mejores personas, pero no que este fin deba ser conseguido mediante la prohibición legal, mucho menos si esta prohibición está basada en el otorgamiento de supuestos "derechos" a los semovientes. Eso sería una incorrección jurídica equivalente a aquel precepto de nuestra Constitución de 1812, que en su Artículo 6 declaraba obligación de todo español el ser justo y benéfico, precepto que por su ingenuidad produce sonrojo. Es loable ser bueno, pero no puede ser obligatorio.

Concluyo finalmente que no estoy de acuerdo con ninguna ley que restrinja en forma alguna el derecho de una persona a manejar sus bienes, y entre ellos sus animales, como crea conveniente; lo que no me impide pensar que el que apalea a su perro es un miserable, con el que no me gustaría tener tratos. No puede ser de otro modo. "Reconocer el derecho de autodeterminación de la gallina sería el principio del fin del orden espiritual y material del universo, la OTAN incluida." (M. Vázquez Montalbán).

Rondador Nocturno
[Publicado originalmente por el mismo autor en foro.electroduendes.net el 11 de julio de 2004]

Maravillas románticas belgas

Aquí van los dos cuadros que más me gustaron de la exposición sobre el Romanticismo en Bélgica que estuve viendo el mes pasado. Son escaneos míos, ya que he sido incapaz de encontrarlos en Internet, y por tanto se trata (casi, porque ya publiqué estas mismas imágenes en http://foro.electroduendes.net/) de una primicia mundial en la red ;)


Marguerite à l’église (1864),
Nicaise de Keyser (Zandvliet 1813 - Anvers 1887)
Óleo sobre tabla de 124x89 cm.
Anvers, Koninklijk Museum voor Schone Kunsten.

Y mi favorito... nuestra entrañable Juana la Loca sobre el lecho de muerte de su marido Felipe el Hermoso. Aunque Juana es un personaje español hasta el tuétano, no hay que olvidar que Felipe era Flamenco, y Juana Duquesa consorte de Flandes, y que, por tanto, su locura de amor es allí también una historia bastante popular.


Jeanne la Folle (1856),
Louis Gallait (Tournai 1810 - Schaerbeek 1887)
Óleo sobre tabla de 129x103 cm.
Bruxelles, Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique.

Rondador Nocturno

Romanticismo en Bélgica


Gustaf Wappers
Episode des Journées de Septembre 1830 sur la Place de l’Hôtel de Villa à Bruxelles, 1835
Óleo sobre tela 440 x 660 cm
Bruxelles, Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique

Para marcar el 175 aniversario de la fundación de Bélgica, el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica dedica, en compañía de ING, una exposición a las muy variadas formas que tomó el movimiento romántico en Bélgica durante el reinado de Leopoldo I (1831-1865).
Además de enfocarse en la historia de Bélgica y en sus héroes, la exposición examina los principales temas románticos, como el amor y el sentimiento, el heroísmo y la muerte, la ley y la libertad a un tiempo, cuando el nacionalismo triunfante y un sentimiento de júbilo por la recientemente adquirida independencia caracterizaban la atmósfera de la nueva nación. En paralelo a este interés por la nación y el país, el deseo de lo distante y diferente también se articula en un amplio rango de temas exóticos, expresando el sueño de escapar de la vida diaria. Ni los problemas sociales ni la influencia de la religión se dejan de tener en cuenta. Los paisajes, que combinan la espontaneidad con un fino sentido de la observación, testifican el surgimiento de una nostalgia por la vida campestre e ilustran el desarrollo de un sentido de la naturaleza y el nacimiento del realismo. El espíritu de los tiempos se expresa en particular en los retratos, y la representación está completa con la evocación de la figura del rey Leopoldo I, el fundador de la dinastía real belga.
La exposición es de amplio espectro y ecléctica en su concepción general. Con aproximadamente 250 pinturas, esculturas y dibujos, el énfasis está tanto en la calidad como en la diversidad. Un manojo de trabajos prerrománticos y la presencia de las corrientes más significativas que derivaron del Romanticismo Belga sirven para emplazar el movimiento en un contexto más amplio.
En el Centro Cultural ING esculturas seleccionadas dialogan con soberbios dibujos, escondidos durante años en las salas de impresión, que ilustran fielmente la búsqueda intuitiva de inspiración por los artistas, desde los rudos borradores iniciales hasta los trabajos concluidos.
Un punto focal particular es el Museo Antoine Wiertz, adjunto al Museo Real de Bellas Artes desde 1868 y uno de los pocos lugares en Bruselas en los que el tiempo parece haberse detenido. Antoine Wiertz, uno de los artistas líderes del movimiento Romántico Belga, ciertamente servirá de intérprete por excelencia de este fascinante movimiento.
Una cierta cantidad de trabajos fundamentales pero poco conocidos han sido restaurados a su antigua belleza para la exposición, por lo que se ofrecerán varias sorpresas y la oportunidad de realizar descubrimientos atractivos.
El departamento educativo del Museo ofrecerá programas educativos que cubrirán toda la exposición en sus tres localizaciones.


Gustaf Wappers
Boccace lisant le Decameron à la reine Jeanne de Naples, 1849
Óleo sobre tela 171 x 228 cm
Bruxelles, Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique

[Traducción propia del folleto de la exposición]

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