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Noche de Ronda

Las Cuevas de las Brujas

Las cuevas de las brujas, constituyen un impresionante complejo cárstico superficial, situado a menos de medio Km. de distancia del casco de Zugarramurdi, en dirección Oeste: en el viejo camino Zugarramurdi-Sara, que lo atraviesa parcialmente.

La cavidad principal de estas cuevas ha sido producida por una corriente de agua, aún caudalosa, el "Infernuco Erreka" que la atraviesa conformándola como amplio túnel cuyo eje se orienta de NE a SW en una longitud de 120 m. (en su extremo oriental), a los 10 a 12 en su "salida" o boca occidental. Su altura posee una media de 10 a 12 m.; dos galerías más altas y aproximadamente con la misma orientación de la galena principal y desembocando en ella, se desarrollan en este complejo cárstico.

En cuanto al depósito arqueológico, podemos decir que en 1935 José Miguel de Bariandarán practicó una prospección, hallando algunos testimonios de cerámica prehistórica y láminas de pedernal de facies que el atribuyó a un Magdaleniense genérico.

Pero como su nombre indica, estas cuevas son tan conocidas por la fama que les han dado sus BRUJAS.

 

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La historia de estas brujas data del año 1610 en el que una ola de pánico brujeril, de las que periódicamente dominaban el País Vasco, se extendió sobre la zona del extremo Noroeste de Navarra, lindante con el Labourd. Así el inquisidor Don Juan del Valle Alvarado, del Tribunal de Logroño, fue comisionado para realizar una inspección en esta zona. Pasó varios meses en Zugarramurdi y recogió muchas denuncias, según las cuales quedaban inculpadas hasta cerca de 300 personas por delito de brujería, dejando a parte a los niños. De estas personas fueron presas y llevadas a Logroño, hasta 40 de las que parecieron más culpables.

A estas personas, la Inquisición las acusaba de tener al diablo por Dios, y de celebrar misas negras con él, también se les acusaba de metamorfosis, de provocar tempestades en el mar (Zugarramurdi queda en línea recta a una distancia no muy grande del Cantábrico, y las brujas solían provocar tempestades para perder los navios que entraban o salían de San Juan de Luz), se les acusaba de maleficios contra campos, animales y también contra personas y por último, y entre otras cosas, fueron acusadas de vampirismo y necrofagia.

Con todo esto nos encontramos con que el 7 y 8 de Noviembre de 1610, las brujas y los brujos recibieron su sentencia: 18 fueron absueltos; 12 fueron quemados en la hoguera (5 de ellos en efigie ya que habían muerto antes en la cárcel) y al resto les habrían impuesto penas tales como pérdida de bienes, cárcel perpetua, prisión limitada, etc.

Personajes importantes del akelarre de Zugarramurdi fueron Graciana de Barrenechea y su esposo Miguel de Goiburu, reina y rey respectivamente; Joanes de Echalar que era el verdugo ejecutor de las penas que dictaba el diablo; María Chipia, famosa maestra en el arte de la brujería; Joanes de Goiburu era el txistulari y Juan de Sansin, tocaba el tambor.

Todo esto no es más de lo que nos dicen los documentos de la época; pero en Zugarramurdi hoy solo nos queda el escenario de los akelarres (la "Catedral del diablo" que sería llamada más tarde) y las leyendas que nos cuentan las peripecias que mantenían los Zuamurdiarras con sus brujas. Leyendas como aquella que nos cuenta cómo las brujas raptaron a una chica; el escarmiento que recibió una bruja por "meterse donde no debía" o aquella otra leyenda sobre dos hermanas perdidas en el monte; también esta la leyenda del bautizo de la hija de unos brujos, o la de aquel que se atrevió a salir de casa antes de que sonara la argiezkila, o la que nos cuenta lo que le pasó ai chico que tenía una novia bruja...

Estas leyendas nos cuentan también los métodos que se empleaban para espantar a las brujas: poner en la puerta de la casa una cruz hecha con dos ramitas de fresno y un ramo de laurel bendecido al lado, y así ninguna bruja podría entrar; o bien si la bruja había conseguido entrar en la casa, echar un puñado de sal al fuego bajo y con el crepitar, la bruja se espantaba; si a pesar de todo alguien se encontraba cara a cara con una bruja bastaba con santiguarse y decir "Jesús" o bien trazar con los dos índices una cruz y decir "Púyes" y la bruja desaparecía en el acto. Otra norma a tener en cuenta era no salir de casa entre el ángelus del oscurecer y la argiezkila del amanecer. Entre las leyendas también se nos cuenta cómo los habitantes de Zugarramurdi, en un intento de hacer desaparecer a las brujas, fueron en procesión un 15 de Agosto a las cuevas y allá el cura esparció un robo bendecido de mostaza para que las brujas desaparecieran y no volvieran en tantos años como granos de mostaza había en aquel robo (y por lo menos desde hace bastante no hemos visto ninguna suelta por aquí).

Y esta es a grandes rasgos la historia que tienen estas cuevas y este pueblo, historia que ha conseguido que Zugarramurdi sea conocido en todas partes como "Zugarramurdi, el pueblo de las brujas".

 

Transcripción del folleto que se reparte a la entrada de las cuevas.

2 comentarios

jimi -

bete ala chopi

jani -

Como siempre, la historia la escriben los vencedores, en este caso la iglesia con su "santa" inquisición. Euskadi siempre han sido un pueblo con sus propias costumbres, que se basaban en el culto a la naturaleza, sabiendo utilizar remedios extraídos de ésta para curar. Los akelarres eran reuniones de caracter festivo de gente de los diferentes pueblos de la región que tenían lugar en honor a la Naturaleza y a Mari, la reina del Amboto, uno de los montes más conocidos de Bizkaia.Lo de la bruja peligrosa con grtasnos capaz de bolar y de echar males de ojo fueron inventos de la iglesia para acabar con los ritos ancestrales e imponer el cristianismo en una cultura de miles de años. Si podeis investigar en libros de toti martinez de lezea. Encontrareis mucha información, os recomiendo "la herbolera" un beso